Como
antropóloga social realizó su trabajo de campo en la comunidad
indígena maya-yucateca de Maxcanú (Yucatán, México) en el campo
de la tradición oral y la construcción de la identidad.
La
documentación audiovisual ha sido su forma de sustento, trabajando
en diversos medios de comunicación.
Activista
feminista, ha investigado sobre la construcción social de la
identidad sexual y le interesa una pedagogía que permita superar los
límites del heteropatriarcado.
Ha
publicado libros y artículos relacionados con la antropología y los
movimientos sociales: Los tarahumaras. Ed.
Aqualarga (1995).
Precaria
a la deriva.