Artista
multidisciplinar, arquitecto y gestor cultural de nacionalidad
domínico-española; con incursiones en el dibujo, la escultura, la
pintura, la performance, la instalación y el videoarte.
En el último año de la carrera de arquitectura desarrolló la obra Traje para Caminar en Santo Domingo (performance y video-instalación) con la cual marcó su posición de compromiso con el arte y la ciudad. Esta pieza obtuvo el primer premio del público en la Bienal de Artes Visuales de Santo Domingo en 1999 y fue adquirida por el Museo Del Barrio en 2006.
Desde el 2005 Vilorio está teniendo una significativa presencia en el escenario del arte contemporáneo español. En 2008 fue artista residente de La Casa de Velázquez donde, por su destacado trabajo de investigación artístico-arquitectónico, Piel de la Ciudad, obtuvo la distinción de realizar una exposición individual patrocinada por esta destacada institución francesa en Madrid. Ese mismo año obtuvo el premio de Artistas Visuales Asociados de Madrid (AVAM) para el programa Desvelados. Ha expuesto sus obras en La Diputación de Toledo (2005), La Noche en Blanco de Madrid (2008), Centro Cultural Colón -Madrid (2008), Matadero-Madrid (2008), Bienal de Pontevedra -Galicia (2010), Festival LOOP -Barcelona (2009), Galería Raquel Ponce -Madrid (2010), Arte Navas –Burgos (2012), e Instituto Valenciano de Arte Moderno IVAM -Valencia (2014).
Su obra se sitúa dentro del arte relacional, urbano y socio-político. Su laboratorio experimental ha sido la ciudad de Santo Domingo, donde ha venido cuestionando la desproporción del espacio público en relación con la construcción acelerada de mega-estructuras arquitectónicas que no responden a las necesidades humanas (Traje para Caminar en Santo Domingo, performance y video-instalación, 1999).
“Al visitar muchas ciudades del mundo me he dado cuenta de que hay problemas urbanos comunes, como la infravaloración del espacio público frente al espacio privado; del espacio para el peatón frente al espacio para los coches. Aunque el peatón es el principal usuario de la ciudad y todos somos peatones, la tendencia global ha sido encerrar al ser humano en burbujas creando sistemas sociales y de comunicación, así como estructuras urbanas que anteponen el aislamiento a las relaciones sociales en el espacio público. Santo Domingo es una ciudad donde esto se nota de manera exagerada, por lo que ha sido un contexto ideal para mi obra”.
También su obra se ha centrado en denunciar la pérdida de memoria urbana por el crecimiento descontrolado de las ciudades (Memoria en Blanco, instalación en un espacio público, 2003). Vilorio ve al arte contemporáneo como un instrumento esencial para entender la complejidad del funcionamiento de las ciudades.
“Objetos cotidianos esenciales como el coche revelan la relación del ser humano con su contexto inmediato, constituyen el símbolo de la modernidad por excelencia capaz de expresar nuestras mayores aspiraciones sociales y económicas, así como nuestras frustraciones”, expresa el artista en su exposición Carros, en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo (MAM) en el 2004.
“He trabajado en la búsqueda de la identidad caribeña a través de la relación de la ciudad con el mar (¿Quién Tiró la Yipeta al Mar Caribe?, MAM, 2007).
“Desde mi tesis de grado en arquitectura, las teorías urbanas de Bernard Tshumi han tenido una importante referencia en mi trabajo, donde el proyecto se construye de acuerdo al contexto, la función y el diseño en igual proporción. Basándome en esto, he desarrollado un sistema de trabajo donde la obra es el resultado de la relación de capas conceptuales; como las huellas de la cultura popular, las estructuras escondidas del poder, la identidad cultural, la violencia, la desigualdad social, que se superponen en lo que llamo la piel de la ciudad. Llevo este concepto a lo plástico a través de mis dibujos traslúcidos sobre metacrilato, en los cuales se refleja el contexto, y la luz traspasa el material transparente proyectando en el muro formas violentas como sombra; micro-estructuras del poder que no se podrían ver sin la iluminación (Cartografías del Poder, Galería Raquel Ponce, Madrid, 2010).
Limber Vilorio vive y trabaja en Madrid y Santo Domingo.
En el último año de la carrera de arquitectura desarrolló la obra Traje para Caminar en Santo Domingo (performance y video-instalación) con la cual marcó su posición de compromiso con el arte y la ciudad. Esta pieza obtuvo el primer premio del público en la Bienal de Artes Visuales de Santo Domingo en 1999 y fue adquirida por el Museo Del Barrio en 2006.
Desde el 2005 Vilorio está teniendo una significativa presencia en el escenario del arte contemporáneo español. En 2008 fue artista residente de La Casa de Velázquez donde, por su destacado trabajo de investigación artístico-arquitectónico, Piel de la Ciudad, obtuvo la distinción de realizar una exposición individual patrocinada por esta destacada institución francesa en Madrid. Ese mismo año obtuvo el premio de Artistas Visuales Asociados de Madrid (AVAM) para el programa Desvelados. Ha expuesto sus obras en La Diputación de Toledo (2005), La Noche en Blanco de Madrid (2008), Centro Cultural Colón -Madrid (2008), Matadero-Madrid (2008), Bienal de Pontevedra -Galicia (2010), Festival LOOP -Barcelona (2009), Galería Raquel Ponce -Madrid (2010), Arte Navas –Burgos (2012), e Instituto Valenciano de Arte Moderno IVAM -Valencia (2014).
Su obra se sitúa dentro del arte relacional, urbano y socio-político. Su laboratorio experimental ha sido la ciudad de Santo Domingo, donde ha venido cuestionando la desproporción del espacio público en relación con la construcción acelerada de mega-estructuras arquitectónicas que no responden a las necesidades humanas (Traje para Caminar en Santo Domingo, performance y video-instalación, 1999).
“Al visitar muchas ciudades del mundo me he dado cuenta de que hay problemas urbanos comunes, como la infravaloración del espacio público frente al espacio privado; del espacio para el peatón frente al espacio para los coches. Aunque el peatón es el principal usuario de la ciudad y todos somos peatones, la tendencia global ha sido encerrar al ser humano en burbujas creando sistemas sociales y de comunicación, así como estructuras urbanas que anteponen el aislamiento a las relaciones sociales en el espacio público. Santo Domingo es una ciudad donde esto se nota de manera exagerada, por lo que ha sido un contexto ideal para mi obra”.
También su obra se ha centrado en denunciar la pérdida de memoria urbana por el crecimiento descontrolado de las ciudades (Memoria en Blanco, instalación en un espacio público, 2003). Vilorio ve al arte contemporáneo como un instrumento esencial para entender la complejidad del funcionamiento de las ciudades.
“Objetos cotidianos esenciales como el coche revelan la relación del ser humano con su contexto inmediato, constituyen el símbolo de la modernidad por excelencia capaz de expresar nuestras mayores aspiraciones sociales y económicas, así como nuestras frustraciones”, expresa el artista en su exposición Carros, en el Museo de Arte Moderno de Santo Domingo (MAM) en el 2004.
“He trabajado en la búsqueda de la identidad caribeña a través de la relación de la ciudad con el mar (¿Quién Tiró la Yipeta al Mar Caribe?, MAM, 2007).
“Desde mi tesis de grado en arquitectura, las teorías urbanas de Bernard Tshumi han tenido una importante referencia en mi trabajo, donde el proyecto se construye de acuerdo al contexto, la función y el diseño en igual proporción. Basándome en esto, he desarrollado un sistema de trabajo donde la obra es el resultado de la relación de capas conceptuales; como las huellas de la cultura popular, las estructuras escondidas del poder, la identidad cultural, la violencia, la desigualdad social, que se superponen en lo que llamo la piel de la ciudad. Llevo este concepto a lo plástico a través de mis dibujos traslúcidos sobre metacrilato, en los cuales se refleja el contexto, y la luz traspasa el material transparente proyectando en el muro formas violentas como sombra; micro-estructuras del poder que no se podrían ver sin la iluminación (Cartografías del Poder, Galería Raquel Ponce, Madrid, 2010).
Limber Vilorio vive y trabaja en Madrid y Santo Domingo.